Dentro
del enfoque humanista que se concentran en el potencial creativo y expresivo de
la persona para buscar estilos de vida significativos, promoviendo así el
bienestar físico, mental y espiritual, se encuentran enfoques como el de
Natalie Rogers, denominado Conexión Creativa ®. Que se basa en la articulación
de distintos lenguajes expresivos entre sí. Esta corriente tiene como base
teórica el Enfoque Centrado en la persona,
en sus necesidades emocionales y en llenarlas, como un camino hacia un
todo, basado en la lectura de nuestro propio proceso.
Natalie Rogers,
aborda la forma en que el arte y la expresión sirven al crecimiento personal y
grupal en la Terapia
Expresiva Centrada en la Persona y describe este enfoque creado por su
padre Carl Rogers, como el espacio a lo intuitivo, creativo, emocional y a la exploración
de la experiencia humana, donde se cree en la habilidad de los individuos para
encontrar la autodirección adecuada. El modelo creado por Carl Rogers, es una teoría psicológica en un
ámbito específico, que denominó en una primera instancia, Psicoterapia No
directiva, luego Centrada en el Cliente, y finalmente Centrada en la Persona.
Este
enfoque desafía el modelo autoritario médico y crea un modelo de relaciones de
crecimiento personal en que el terapeuta respeta la dignidad del cliente, su
valor como persona y su capacidad de autodirección. Poniendo, énfasis en el
papel del facilitador como una persona empática, congruente, abierta y
honesta que escucha profundamente y
facilita el crecimiento del individuo o grupo.
La Terapia de Arte Expresiva
consiste en que parte del proceso terapéutico es despertar la fuerza de vida,
centrada en la persona a través de diversas disciplinas artísticas, y todo tipo
de artes para expresar sus procesos. El término
Artes Expresivas significa la utilización de varias formas de arte para
expresar los sentimientos internos a través de un medio externo que facilite el
crecimiento y la sanación. El término terapia expresiva, generalmente se
apoya en la plástica, la danza, pintura, música, literatura, drama improvisado,
entre otras artes, creando un modelo que propicia la expresión auténtica y el
auto conocimiento de la persona. Toda expresión artística que viene de la profundidad emocional entrega un proceso
de autodescubrimiento y se expresan sentimientos profundos, creando formas
externas visibles, sin prejuicio de la belleza estética del arte.
Natalie
Rogers se refiere a su trabajo su enfoque como: “El terapeuta expresivo combina
movimiento, arte, escritura, música, fantasía dirigida, meditación, trabajo
corporal, comunicación verbal y no verbal para facilitar la conciencia interna,
autoexpresión, creatividad y estados de conciencia más elevados. Es un proceso
de integración usando nuestras habilidades intuitivas así como nuestros
procesos lógicos y lineales de pensamiento. Involucramos nuestra mente, cuerpo,
emociones y espíritu”.
Esta terapia multimodal que hace énfasis en los aspectos
de la sanación en el proceso creativo usa las artes expresivas en tratamiento
emocional, lo que es creativo viene a ser lo terapéutico al despertar la
creatividad como nuevo campo que se está expandiendo. El cliente a través de
esta experiencia artística, como una fuerza integrativa, es llevado a su mundo
de las emociones, como una manera de usar el espíritu libre de su personalidad
y la terapia puede incluir aprendizaje vivencial, conceptual, kinestésico,
emocional y mítico.
Natalie Rogers menciona en su enfoque humanista la Conexión Creativa
® como un término acuñado para describir un proceso en el cual una forma de
arte estimula la creatividad en otra forma de arte, uniendo todas las artes a
nuestra esencia natural. Menciona como ejemplo que después de ejercitar la
danza con un sentimiento determinado y luego de llevar esta experiencia a los
dibujos con imágenes, los sentimientos y percepciones cambiaban dramáticamente,
viviendo un arte más expresivo y revelador. La explicación que nos da la autora, es
relacionada con los movimientos que desbloquean energía creativa que se expresa
en artes visuales. Expresar a través del arte visual los propios pensamientos, permite
que surja el arte espontáneo, ya que cuando tomamos riesgos y experimentamos,
estamos capitalizando una de las capacidades no verbales del hemisferio derecho
de experiencia no lineal y la sanación interna toma lugar por esta conexión
creativa. Lo mismo sucede con las otras expresiones artísticas, ya
que moviéndonos de forma en forma de arte, liberamos capas de inhibiciones que
nos llevan a nuestro centro, nuestra fuerza individual creativa. Este centro
nos abre a la fuente se energía individual, dándonos vitalidad y sentido de uno
mismo. Este proceso de conexión creativa que ha desarrollado, estimula el
proceso de autoexploración.
Este enfoque nos habla de la conexión con nuestro ser en
que todos somos uno, desde uno mismo como una fuerza universal, y que nuestro
verdadero propósito es llegar a ser un ser entero, íntegro, producto del autoconocimiento
que nos proporcionó esta conexión creativa a través de experiencias de
autoconocimiento que las diversas artes permitieron experimentar al cliente.
El perfil del facilitador va orientado a ser empático,
abierto y honesto con su paciente, así como el paciente lo es con el artista.
El terapeuta se debe centrar en sus sentimientos más profundos y en como
expresarlos transformándolos en arte. Además, debe crear un clima no sólo para juzgar a la persona, su
obra, experiencia o los resultados; sino al contrario, en ser empático y aceptar
a la persona y su experiencia. El terapeuta deb ser respetuoso de la
autodirección del cliente y tratar de entrar empáticamente dentro de su marco
de referencia.
La meta del facilitador consiste en comprender mejor
el mundo de dicho individuo, no analizar o interpretar el arte, ya que fácilmente
puede sofocar el impulso creativo que brota del individuo. La intención del
terapeuta de arte centrado en la persona es animar al individuo a explorar por
sí mismo el sentido de su arte.
Rogers plantea que “El terapeuta de arte expresivo
centrado en la persona explica al cliente que, además del habla, existen otras
actividades que pueden facilitar la terapia. En algunas situaciones, una vez
que el cliente haya explorado sus emociones y pensamientos a nivel verbal, se
puede utilizar el color o el movimiento para lograr mayor profundidad en la
auto comprensión. Estas expresiones también forman parte de un poderoso
lenguaje que se establece entre el cliente y el terapeuta. El arte se vuelve
una parte natural del flujo terapéutico”.